Mucho más que una hora recreativa

Cada año llegando a la finalización del ciclo lectivo hacemos una evaluación, miramos hacia atrás sobre los propósitos y los alcances. Este año, 2023, los chicos y chicas de séptimo grado nos desafiaron a desplegar toda nuestra creatividad. Aprendimos con y para ellos /as.
Transcurrían los primeros meses del año y desde la Conducción de la escuela solicitamos la orientación y asesoramiento del Equipo para Vínculos Saludables. Mantuvimos varias reuniones con Jony y Erica, los docentes y el equipo de conducción. Y así surgió la necesidad de implementar los Consejos de grado con un objetivo específico: fortalecer los vínculos en cada séptimo grado. Diseñamos un camino a seguir, en dónde cada parada fue esencial para estar más cerca de la meta: AFIANZAR LOS LAZOS SALUDABLES ENTRE LOS ESTUDIANTES.
Como primera parada, en cada grado, planteamos la necesidad de relevar cuáles eran los conflictos que más les preocupaban. En Consejos de aula, junto a sus docentes se desarrollaron encuentros para exponer las situaciones a mejorar. En la segunda parada, propusimos la elección de delegados y delegadas por grado que llevarían a los Consejos dónde participarían EPVS, las voces de sus compañeros/as. Para llevar adelante la elección, el papel de los docentes fue primordial, junto a ellos fueron elaborando el perfil y rol de un delegado/a. En esta parada, los contenidos de Ciencias Sociales, Formación Ética y Ciudadana y ESI tomaron protagonismo y se volvieron significativos para los estudiantes.
Una vez acordado y consensuado el rol del delegado/a, se realizaron las votaciones y quedaron elegidos los cinco representantes de cada séptimo.
El primer encuentro de los delegados/as con los docentes, la coordinadora de ciclo y EPVS se realizó en el marco de un Consejo de aula. En ese espacio, pudieron expresar sus inquietudes y conflictos respetando la dinámica del encuentro. Del intercambio, las diferencias, la escucha atenta y reflexión conjunta, los chicos/as manifestaron la necesidad de encontrar un espacio de esparcimiento con reglas claras que pudiera servir para mejorar el vínculo, el trato y los uniera como grupo. Lo llamaron “LA HORA RECREATIVA”.
Transitamos varios Consejos de aula, mucho intercambio de ideas y propuestas, algunas más realizables que otras, hasta en cada grupo pudo acordar las reglas, la actividad específica y el plan de contingencia ante dificultades de implementación que pudieran aparecer.
Desde la Conducción de la Escuela se brindó el espacio y el horario para que puedan realizar junto a sus docentes la propuesta. El acompañamiento de los docentes en el proceso y la convicción de que esta propuesta podría generar un cambio positivo en el grupo fueron las bases para fortalecer a los estudiantes.
Durante la segunda parte del ciclo lectivo, EPVS continuó acompañando los encuentros de delegados dónde se fue monitoreando este proyecto que surgió de una necesidad, iniciativa, lucha y deseo de los chicos/as de séptimo. Un ejercicio pleno de la vida democrática en la escuela dónde los acuerdos consensuados fueron el pilar para fortalecer los vínculos y la convivencia en la vida escolar. Hacer circular la palabra propia y de los otros/as en un espacio cuidado y respetuoso, trasmitir a sus compañeros/as lo vivenciado en los Consejos de delegados/as y asumir con responsabilidad y compromiso ese rol significó un verdadero ejercicio cívico.
Este grupo de niños/as de séptimo grado comenzó a ser visibilizado por los sextos y quintos grados. Comenzamos a escuchar entre los estudiantes de otros grados en los pasillos, el patio, el comedor que LA HORA RECREATIVA de séptimo fue un logro colectivo. Entonces, apostamos por más, plantearon la necesidad de llegar a acuerdos para realizar recreos en dónde todos/as puedan recrearse y respetarse en un espacio común y compartido. Los delegados/as de séptimo fueron multiplicadores de la experiencia, explicaron en estos grados su rol y propusieron la elección de representantes de 5° y 6° para juntarse en Consejo y buscar soluciones posibles. Los docentes de estos grados se mostraron abiertos a la idea dando lugar a las votaciones en Consejos de aula.
La Conducción habilitó los espacios de diálogo con los representantes para llegar a consensuar los juegos para los recreos en los espacios compartidos y la distribución de esos espacios en el patio.
Luego de varios encuentros con los delegados de quinto, sexto y séptimo, se llegó a un acuerdo que se pudo sostener hasta la finalización del ciclo. De esta manera se observó una disminución en los conflictos por el espacio o el juego y fomentó el respeto por los acuerdos colectivos.
El camino que iniciaron los séptimos grados demuestra que la escucha atenta, la expresión democrática, los acuerdos consensuados, los límites establecidos entre todos/as nos permiten el aprendizaje colectivo y significativo para crecer como ciudadanos autónomos y críticos.
Hoy estamos convencidos que se abrieron nuevos senderos para transitar en 2024.
Finalmente, les compartimos las palabras de una delegada que relata la experiencia en primera persona.